lunes, 22 de septiembre de 2008

Un poco de nostalgia

Supongo que debe ser normal que todo el que se encuentre en mi situación desea, tarde o temprano, regresar a su tierra o por lo menos la extraña. Bueno, pues yo no soy la excepción. A las dos o tres semanas comencé a extrañar a mi familia que quedó allá, a mi adorada rutina en Monterrey, a mi antiguo trabajo en el que me sentía como pez en el agua (recuerdo que hace como 8 o 10 años precisamente eso le decía a una novia que tenía en aquel entonces, que yo buscaba un trabajo en el cual me sentiera como pez en el agua. Uno en el que me sintiera totalmente adaptado y agusto. Bueno, pues al final lo conseguí. En mi último trabajo así me sentí.), extraño a mi chevy (que me llevaba a todas partes y del cual siempre renegué por ser tan “achacoso” pero que al final, cuando busqué venderlo, el mecánico me dijo que para su edad el carro esta en super buenas condiciones), obviamente extraño a mis amigos y tambien a mi jefe. Porque a mi jefe? Bueno, creo que terminamos siendo buenos amigos. Creo que desde un principio existió esa química que surge cuando dos personas (sin importar su género) se caen tan bien. Siempre disfruté nuestras largas conversaciones. Hablábamos de todo. De economía, de negocios, de finazas, de sociología, de nuestros ideales, de lo cotidiano. (Nada que ver con las conversaciones de la mayoria de mis ex compañeros, que sólo hablaban de futbol y cuyo vocabulario se componía en un 80% de malas palabras).Yo siempre he sido algo reservado y quizá timido. Pero cuando me siento en confianza o con alguien que me la inspira, me vuelvo más extrovertido y platicador. Creo que ahí es cuando me doy cuenta cuando hago “click” con alguien. Si con esa persona me siento con la confianza como para platicar de lo que pienso, esa persona puede ser un amigo en potencia. Y créanme, no me sucede con cualquiera. Bueno, pues con mi jefe así sucedió. Aún conservo su amistad y más o menos le llamo seguido, pero definitivamente no es lo mismo que verlo seguido en el trabajo. Es una gran persona y siempre me apoyó en lo personal y en lo profesional, lo cual agradezco profundamente. Gracias Luis. Espero en un futuro volvamos a coincidir.

Bueno, pues les comentaba eso porque anoche soñé que buscaba trabajo en Monterrey jaja. Sí, soñé que iba a una entrevista y que por alguna razón la reunión se llevaba a cabo de la casa del entrevistador, la cual estaba ubicada en alguna colonia de clase media de la ciudad. (imagínense el típico escenario de la calle en una colonia de clase trabajadora: musica tropical como sonido ambiental –cortesía del algún alegre vecino o taller mecánico-, perros caminando libremente por ahí husmeándose el trasero, uno que otro carro destartalado o en reparación, estacionados en plena via pública, calorcito rico –nunca creí llegarlo a extrañar-, algún señor en bicicleta cargando una montaña de cachivaches viejos, calles llenas de grietas y baches, etc). El entrevistador me platicaba del proyecto y la razon de ser del puesto, y al final yo le preguntaba sobre el horario de trabajo y esas cosas. (Creo que definitivamente mis parámetros de búsqueda de empleo cambiaron a partir de mi trabajo en Canadá.) El entrevistador me decía que el horario de trabajo era de 12 a 8 pm. Él recalcaba que era muy buen horario porque solo eran 8 horas incluyendo la hora de comida, pero a mi no me gustaba el hecho de salir tan noche, asi que le pregunté que si había otro horario y me contestó que sí, que podia trabajar de 4am a 12pm, lo cual me pareció estupendo. Creo que ahora valoro bastante el horario de trabajo y la hora de salida.
Es chistoso, antes soñaba con trabajar en Canadá y ahora sueño con trabajar en Monterrey. Yo creo que estoy en la etapa de todo recien llegado, en la que uno extraña demasiado a su pais y su antigua ambiente. En la que ante cualquier eventualidad, por minima que sea, te surge la idea, aunque solo sea por un instante, de regresarte con los tuyos. Ése es mi caso, aunque no sólo por un instante ni de vez en cuando. Me surge a cada rato y por mayor tiempo.

Aveces me pongo a pensar que si me ha resultado dificil desarraigarme de mi antigua vida a mi, que llegué con un trabajo seguro y un sueldo bastante aceptable y con una pareja que me apoya, no me quiero imaginar cómo será para los que llegan solos y sin un trabajo en puerta. Ahora entiendo a mi amigo R, quien vive en Montreal y llegó precisamente así. Sin nada mas que una pequeña maleta y un montón de sueños. Poco a poco ha ido construyendo su red de amigos y armando su pequeño departamento, pero la soledad ahí sigue. Hace poco, chateando con él, cuando yo le comenté lo mucho que extrañaba mi terruño, él me decía que estaba igual. Que despues de más de un año de vivir aquí aún no deja de extrañar su tierra, pero lo que más me sorprendió es que me dijera que tampoco, a estas alturas de su vida en Canadá me supiera decir si ha valido la pena hacer este gran movimiento. Aun no sabe si su migración ha valido la pena.

En fin, creo que mucho depende de la persona, de qué tan bien o qué tan mal estaba en su lugar de origen, así como de su capacidad de adaptación. En cuanto a mi, pues si mi amigo que ya tiene más de 14 meses en el pais aun no sabe si Canadá fue una decisión acertada, yo con apenas dos meses pues mucho menos lo sé. Aveces me felicito por haberme venido pero otras veces me detesto por eso mismo. Si vemos las cosas friamente, creo que estamos mejor. Al menos en lo físico y lo material. La calidad de mi trabajo no cambió, ya que percibo un sueldo bastante justo que me permite vivir bien y con ciertos lujos (e incluso con cierta capacidad de ahorro) aún sin que mi esposa trabaje, la diferencia es el horario de trabajo. Aquí salgo 2 horas más temprano que en Mexico. Aunque la calidad del trabajo se mantuvo, la calidad de vida en la ciudad sí aumentó. Vivo a seis minutos de mi trabajo, la vida es bastante tranquila y muchas de las molestias de salud que teniamos en la gran ciudad aquí han desaparecido, especialmente en mi esposa quien en Monterrey solía llegar a casa hecha una furia por encontrarse con un montón de sicópatas manejando en la calle. Sin embargo, de repente siento que sería capaz de aceptar un downgrade a la calidad de vida a cambio de estar cerca de los míos. Es decir, creo que en este momento aceptaría el precio de volver a Monterrey (aún con la baja calidad de vida que esto implica) con tal de regresar con la familia. Pero pensarlo o desearlo es diferente que hacerlo. No es algo que piense hacer hoy, ni mañana ni este año. Creo que por lo menos debo vivir aquí un año o quiza dos para decidirme. Trato de evitar tomar decisiones en base a las emociones.

Bueno, creo que todo esto es parte de la etapa. Espero.
Y ustedes, se llegaron a sentir así cuando llegaron?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Saludos Jorge,
Es la primera vez que leo tu blog y esta interesante. Bienvenido a Canada y bienvenido a las frustraciones/confusiones del inmigrante.

Igual como tu, a mi tambien me paso (como decia el anuncio en Mexico LOL) e igual que tu, todavia hay momentos que me pregunto lo mismo aun despues de estar casi 2 años aqui. Igual que tu me vine de una ciudad industrial (Juarez) y deje todo para buscar algo mejor, igual que tu, en la cuestion de dinero y calidad de vida me va mejor que alla, pero igual que tu, extraño a mi familia y amigos. Es parte del proceso y honestamente estando la situación como esta ahora en Mexico hoy no regresaria a Mx y creo que cuando tenga hijos mucho menos lo voy a hacer. Hay veces hay que pensar con la cabeza en lugar de pensar con el corazon.

Es parte del proceso, echale ganas y sigue adelante. Busca un hobbie para que te distraigas, sobre todo en invierno.

Saludos
-dn