viernes, 17 de octubre de 2008

Leche tóxica

Ayer por segunda vez escuché una referencia al rBGH, una droga usada en los estados unidos para hacer que las vacas produzcan mucho más leche de lo normal. Esta hórmona sintética ademas de lograr incrementar la producción de leche en una vaca, le provoca diversas enfermedades con lo cual se obliga al granjero a suministrarle antibióticos, los cuales a su vez terminan en el organismo de la gente. De alguna manera Monsanto, el fabricante, logró que la FDA autorizara la venta de este producto (hay fuertes rumores de corrupción) y actualmente todavia existen muchas companias que venden leche obtenida a traves de vacas tratadas con este veneno. Me dio gusto enterarme que Canadá no permitió (ni su gobierno ni sus científicos se dejaron corromper) su venta y al final terminó prohibiéndolo en este pais.

Me pareció interesante hacer este comentario en el blog para aquellos que están aún en México o en su pais de origen se lo comenten a su familia pues es bien sabido que nuestros rectos y bien portados gobiernos latinoamericanos rechazan totalmente la corrupción y nunca permitirían que un producto así sea comercializado en nuestros amados paises. Creo que nuestros papás tendrán que comenzar a buscar leche orgánica o leche de soya.

Antes de pasarles el texto, les comento que las dos referencias en donde leí esta información fue en este libro y en este documental, los cuales saqué de la biblioteca y en futuros posts se los estaré comentando a profundidad.

Bueno, aquí les paso el texto que encontré en internet. Al final les paso el link original:

Pus en la leche
La hormona recombinante de crecimiento bovino (rBGH) se le administra a las vacas mediante inyección para que produzcan más leche. Pero, pregunta el autor, ¿hace falta más leche? No, dice.
Además, la rBGH repercute en la salud de animales y humanos. Incluso, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos obliga a las empresas a incluir una advertencia en el producto, donde se mencionan 21 efectos adversos sobre las vacas, incluyendo quistes en los ovarios, desórdenes uterinos, anomalías en los embarazos y problemas con la placenta. Un riesgo a la salud humana relacionado con la leche producida con la rBGH es el cáncer.
En Estados Unidos, sin embargo, se vende leche que contiene esta hormona sintética

La rBGH es una versión sintética de una hormona natural que produce la vaca. Esta hormona, creada mediante ingeniería genética, conocida como hormona recombinante de crecimiento bovino, se le administra a la vaca lechera para que produzca más leche.
¿Hace falta más leche? Desde los cincuenta, Estados Unidos tiene un excedente de leche tan enorme que el gobierno federal ha tenido que comprarlo a un costo total de 2 mil100 millones de dólares entre 1980 y 1985, para que su precio no baje a niveles catastróficos.
Ni el consumidor ni el ganadero se benefician de un aumento en la oferta de la leche. Por el contrario, aumentar la cantidad de leche bajaría su precio, lo cual sería desastroso para las pequeñas fincas. Las grandes fincas, mecanizadas y controladas por corporaciones agroindustriales, saldrían ganando, ya que poseen la influencia política y las economías de escala necesarias para sobrevivir. El cierre de pequeñas fincas familiares y el crecimiento de la agricultura industrializada son dos fenómenos ligados, y llevan al desempleo rural y a la desestabilización de las comunidades rurales.

Independientemente de su impacto económico y social, la rBGH sigue siendo un problema, ya que presenta riesgos a la salud de las vacas y los seres humanos. La estructura molecular de la rBGH es distinta a la de su versión natural y la leche que se produce con su uso también es distinta.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) obligó a Monsanto a ponerle contraindicaciones al producto. Estas mencionan 21 efectos adversos sobre las vacas, incluyendo quistes en los ovarios, desórdenes uterinos, anomalías en los embarazos y problemas con la placenta. En 1994, la National Farmers Union (NFU) estableció una línea telefónica para que los ganaderos informaran sobre problemas con la rBGH. En los primeros meses, cientos de ganaderos reportaron abortos espontáneos, novillos deformes y muertes de vacas, entre otros. Algunos informaron que sus gastos en servicios veterinarios aumentaron de manera precipitada y otro calculó pérdidas de 100 mil dólares por usar la hormona. Para 1995, la NFU anunció que entre 60% y 90% de los ganaderos que usaban rBGH la habían dejado de usar.

Muchos ganaderos reportaron un aumento en la incidencia de infecciones en las ubres de las vacas (mastitis). Esta infección afecta también a los humanos –la leche de la vaca que sufre de mastitis contiene pus. Muchos ganaderos responden a la situación aumentando la cantidad de antibióticos que administran, y residuos de éstos acaban en la leche. Estos residuos pueden causar daños a los humanos. Cuando el cuerpo consume antibióticos constantemente, éstos pierden su efectividad.

Otro riesgo a la salud humana relacionado con esta leche es el cáncer. La leche rBGH tiene niveles elevados de la hormona de crecimiento IGF-1, la cual promueve la división celular y ha sido vinculada con el cáncer. Los datos de la FDA demuestran que los niveles de IGF-1 en leche rBGH oscilan entre 25% y 70% por encima de lo normal.

La FDA y la industria lechera sostienen que no hay razón para preocuparse, ya que la IGF-1 se descompone en el sistema digestivo humano. Esta afirmación se basa en estudios científicos realizados por Monsanto y Eli Lilly. Científicos independientes han criticado esos estudios. Un estudio publicado en el ejemplar de agosto de 1995 del Endocrinology Journal concluye que la IGF-1 sí puede existir en el sistema digestivo humano si viene acompañada de caseína, que es la proteína principal de la leche de vaca.

Hombres con niveles elevados de IGF-1 tienen cuatro veces más probabilidad de contraer cáncer de la próstata (revista Science, 1998). En mayo de 1998, la revista médica Lancet publicó que las mujeres en premenopausia con niveles elevados de IGF-1 tienen siete veces más probabilidad de desarrollar cáncer en el seno.

***

La campaña contra esta hormona comenzó cuando John Kinsman, un ganadero de Wisconsin, descubrió que en el Centro de Estudiantes de la Universidad de Wisconsin servían helado hecho con leche de vacas que fueron inyectadas con rBGH, la cual aún no había sido aprobada para consumo humano. Kinsman viajó a Madison y realizó una solitaria manifestación con una pancarta en la que le explicaba a los estudiantes lo que estaban consumiendo.

La gesta de Kinsman fue clave. Agrupaciones como la Foundation on Economic Trends, la Pure Food Campaign, Food and Water y Rural Vermont se unieron a la lucha y pusieron a trabajar juntos a agricultores, consumidores y defensores de derechos de los animales.

La FDA aprobó la rBGH para uso comercial en 1994. La campaña de oposición se intensificó. Cuando ganaderos comenzaron a reportar vacas con problemas de salud como resultado de la hormona, se realizaron protestas que obtuvieron cobertura periodística nacional. Ni siquiera los ganaderos y procesadores de leche que no usaban la hormona se salvaron, ya que Monsanto amenazó con demandarlos si le informaban al consumidor que su producto estaba libre de rBGH.

En Canadá la historia fue distinta. Cuando los medios de ese país anunciaron en noviembre de 1988 que la hormona era probada en rebaños cuya leche era secretamente mezclada con la leche que iba a los supermercados, la reacción del público fue inmediata. Una procesadora en la provincia de Columbia Británica recibió más de 600 llamadas de protesta en una sola mañana, paralizando 17 líneas telefónicas. Ese fue el comienzo de una poderosa campaña popular que duró 11 años. Entre los agricultores, activistas y ciudadanos de todas las profesiones y sectores de la sociedad que participaron en esta lucha, destacaron la ganadera Lorraine Laponte y el escritor y activista Brewster Kneen, quienes fundaron la Pure Milk Campaign, el primer esfuerzo organizado para informar sobre la rBGH.

La campaña resultó ser un triunfo para el pueblo canadiense y una apabullante derrota para Monsanto. En 1999, el gobierno de Canadá denegó el permiso para vender leche de vacas tratadas con la hormona, convirtiendo al país en una zona libre de rBGH.

Fuente:
http://www.jornada.unam.mx/2004/01/04/mas-carmelo.html

Otro artículo adicional lo pueden leer aquí.

1 comentario:

Fernando dijo...

Muy interesante y completo, lastima que en Mexico quiza estemos consumiendo esta leche.