martes, 21 de octubre de 2008

Extrañando la gran ciudad

Lo que más extraño de mi trabajo anterior es… el messenger jaja. Bueno, es de las cosas que más extraño. Como ya lo dije antes, tambien extraño a mis amigos, excompañeros, a mi jefe. Pero definitivamente el messenger era prácticamente una prestación más de mi antiguo empleo. Como empleado de sistemas, había momentos en los que no había mucho trabajo y momentos en que había demasiado, asi que definitivamente era una bendición el messenger en esos dias en los que no había gran cosa que hacer. Hoy es algo que valoro porque no lo tengo! En serio que como hace falta. En mi trabajo actual, por ser nuevo y tener poco conocimiento del funcionamiento de la empresa actualmente no tengo mucho trabajo. Más bien diría, tengo poco trabajo y las horas pasan más lentamente sin el messenger. De buenas que tengo acceso a la web, si no, no sé que hubiera hecho ya jaja.

Hay que recordar que aquí los canadienses se toman su tiempo. Aquí nada es urgente, o mejor dicho, pocas cosas son urgentes asi que todo toma su tiempo. Y lo mismo pasa conmigo. Sé que tarde o temprano me asignarán a algun proyecto o me daran requerimientos para desarrollar, pero aún no veo la hora de que eso suceda. No saben, es algo desesperante. Todo esto me hace extrañar mi antiguo trabajo. De repente me despierto en las mañanas preguntándome, que hago aquí si lo tenía todo allá? Tenía un trabajo estable, un sueldo bastante competitivo, me sentía completamente adaptado a mi entorno pero lo único que no tenía era seguridad y además la descortecía y mala educación de la gente me molestaba.

Desafortunadamente Monterrey pronto se convertirá en otro DF o en otro Bogotá. Mucho tráfico, mucha contaminación, mucha inseguridad, mucha corrupción. Todo eso me hacía enojar y querer irme de ahí. Es una lástima porque cuando llegué a Monterrey para estudiar la universidad, hace más de quince años, me encantó. Me gustaba su clima caliente y seco, me encantaba pasar desapercibido entre todo ese mar de gente. A pesar de ser un estudiante con presupuesto limitado, disfrutaba todos esos pequeños detalles que sólo una ciudad grande podía ofrecer: montones de librerías, cines, museos, calles, personas, lugares, cosas, chicas. Un mundo de posibilidades. Tambien recuerdo que me encantaba escuchar el radio y más por el hecho de tener 15 o 20 estaciones de todo tipo de música. Los fines de semanas me gustaba recorrer las calles del centro, ir a comer a algun buffet de pizzas o ir a ver libros a la librería. Adoraba leer su periódico los domingos, sentir el papel y percibir su olor. Sus articulos y columnas siempre fueron de una calidad superior a la de otros periodicos nacionales. Aún lo sigo leyendo por internet, pero ya no es lo mismo leerlo en la pantalla del ordenador.

Desafortunadamente eso se podía hacer antes, hoy la inseguridad y la violencia van escalando cada día más. Eso lo visualicé hace cinco años (y no creo que se necesite ser un profeta para haber podido verlo). Sabía que tarde o temprano la calidad de vida se iría perdiendo. Desafortunadamente allá en México las ciudades chicas no ofrecen las mismas comodidades a alguien que ha pasado media vida en una ciudad grande. Ni tampoco el mismo sueldo. De repente me seducía (y aún me seduce) irnos a vivir a la ciudad donde vive mi Papá, un lugar cuatro veces más chico que Monterrey, pero ahí es difícil obtener un trabajo decente. Sólo se tiene futuro como comerciante o como burócrata. Nadamás. Como burócrata quizá no suene mala la idea, pero siempre he estado en contra de la mediocridad y creo que los trabajos del gobierno te orillan a eso. Yo tuve la experiencia de trabajar en una empresa gubernamental y terminé asqueado. Hay mucha gente valiosa y tambien hay muchos araganes. Desafortunadamente siento que estos últimos terminan pudriendo a las manzanas buenas. Cada vez que visito una dependencia de gobierno puedo sentir la apatía, el desgano que sólo un empleo cómodo y seguro te puede generar. Eso sin mencionar que hay que convivir con gente con menor educación. No estoy en contra de la gente sin estudios, pero muchos de ellos no tienen civilidad. Se mueven por la vida casi por institinto.

Todo esto me hace reflexionar sobre la conveniencia de irme a vivir a un lugar más grande. Aún no lo sé. Creo que es demasiado pronto para tomar una decisión como esa. Quieras o no, siempre será una bendicion tener tu casa a 5 minutos del trabajo en auto. En Montreal o Toronto esos cinco minutos se convertirían en 30 o 40 en el mejor de los casos. Tampoco sé si nos quedaremos aquí, en este hermoso pais, aunque todavía es demasiado pronto para decidir. Estando lejos de la patria uno termina por valorar todo aquello que dábamos por hecho en nuestro antiguo hogar. Es increible como la distancia te hace apreciar esos detalles que antes pasaban desapercibidos. El sol. El clima. La gente. Estando lejos se extraña mucho a la familia y a los amigos. Ojalá existiera una manera de viajar a Monterrey y estar allá en 2 o 3 horas. Sería genial. Soñar no cuesta nada.

2 comentarios:

Fernando dijo...

Tu alla pensando en regresar y uno aca en Mexico (Tijuana) con ganas de irse, la violencia esta al tope, los narcos actuan con total impunidad, antes usaban pasamontañas cuando iban a asesinar a alguien, ahora lo hacen a cualquier hora y con la cara descubierta, ahora usan autos lincoln o hummers que no pasan desapecibidos y ni quien los detenga, si vas a regresar mejor piensalo3 veces y mas si tienes hijos.

Octubre.ns@gmail.com dijo...

Gracias Fernando. Fíjate que son sólo pensamientos en voz alta producto de la melancolía. No niego que ganas no me faltan y aunque todavía es demasiado pronto como para pensar seriamente en la posibilidad, sé que a la hora de la hora terminaré por quedarme en donde sea más seguro para mi familia.

Por cierto, sí, estoy al tanto de las noticias de Monterrey y de México. La violencia ha escalado bastante en estos tres o cuatro meses que llevo de haberme ido de ahí. Ojalá que pronto pase algo para que la sociedad despierte y se haga conciente de que nosotros mismos tenemos la solución a todos esos problemas.
Estoy convencido de que tiene que suceder algun evento para que los mexicanos despertemos.